Hoy bajé a Palma para inspirarme con los regalos de navidad. Probablemente ésta sea una de las épocas más ajetreadas del año y es realmente maravilloso darse una vuelta por esas calles que brillan con sus coquetas palmeras vestidas de luces azules y doradas. Decido tomarme un café en una cafetería del Paseo del Borne. Esta amplia calle peatonal, flanqueada por árboles fue construida en el siglo XIX con el fin de conectar la Plaza Pio XII (la plaza de las tortugas, delante del Bar Bosch) con la Plaza de la Reina. Esto me recuerda cuánto ha cambiado la calle desde mi infancia. Hago memoria y recuerdo: el Cine Borne, actualmente una tienda de Zara, y el Bar Antonio que es ahora una tienda de Massimo Dutti. También recuerdo como mi abuelo me contaba que el gran pasatiempos de los jovenzuelos de su época consistía en caminar por dicha calle: tanto chicos como chicas corrían arriba y abajo, en una especie de danza de cortejo, con las madres y las hermanas haciendo de “patrullas” desde los bancos de piedra mientras la banda local, sobre un escenario de madera, tocaba extractos de las zarzuelas más conocidas de Madrid. Cuántas parejas deben haberse conocido en esta calle!! Hoy en día, el Borne se ha convertido en el centro de las marcas de lujo y cafés elegantes que, gracias a dios, han respetado la arquitectura original de la zona. Por ejemplo, el año 2010 , Louise Vuitton reformó el palacio de Ca´n Alomar , (la foto del blog es el escaparate de Louis Vuitton), atrayendo así a otros inversores como a Uterqüe, Rolex, Hugo Boss y lo que en su día fue una calle de comercios artesanales se ha convertido en una de las calles más valoradas de Palma, sin nada que envidiar a las avenidas de las capitales Europeas. Obviamente, el valor de la propiedad en la zona ha aumentado considerablemente y en consecuencia también la demanda de inmuebles. El alquiler medio mensual de la zona está en 10.000€ y a juzgar por el número de personas que llevan bolsas de tiendas, esa inversión es rentable. En conclusión, es realmente sorprendente ver el cambio que ha vivido esta calle con el tiempo y el hecho es que me gusta el aire renovado de la zona, respetuoso con la arquitectura tradicional clásica y monumentos como el Palau Solleric, palacio convertido en Centro de Arte Contemporáneo. Es hora de que acabe mi lista de regalos navideños, y las travesías que cruzan el Borne pueden ser realmente inspiradoras.