Hoy ha amanecido un día radiante en Palma, con una temperatura de 27 grados que me empuja literalmente a buscar el mar y zambullirme en el. Es sábado y antes de ir a la playa pasare por el mercado de santa catalina a comprar la verdura y la fruta de la semana. Son las 10 de la mañana y mi móvil bulle con planes para esta noche, un concierto, la presentación de un libro y una fiesta en la playa que creo que se alargara hasta largas horas de la noche. De camino al mercado me paro en el centro de yoga que me recomendaron, http://www.earthyoga.es/ donde una veintena de alumnos de diferentes nacionalidades y edades se preparan para la sesión matutina y me hago con los horarios y los precios. Es un local agradable y no muy grande, a pie de calle, en el animado y multicultural barrio del mercado de Santa Catalina. En el mercado hay gente desayunando, floristas ordenando su producto y todo tipo de genero de temporada. Repaso la lista de platos que haré esta semana y compro los ingredientes, el gazpacho es el rey de mi nevera en verano, siempre hay una jarra desquita de esta sopa mediterránea de origen andaluz. Los tomates de Mallorca son excelentes y su variedad invita a preparar diferentes y exquisitos platos. Desde trampó a tumbet pasando por el omnipresente pa amb oli y el gazpacho. Encuentro a unas amigas en el mercado y tomo un café con ellas, esta ciudad es lo suficientemente grande para que nunca te aburras pero lo suficientemente pequeña como para encontrarte casi siempre a alguien conocido, y sobre todo un sábado por la mañana en el mercado de santa catalina. Al llegar a casa y después de haber colocado la fruta y verdura he dicho la palabra mágica que tanto gusta a mis perros Moog y Mambo: pa-se-o. Hoy tengo en mente un sitio que me recomendaron, es un pequeño embarcadero en la zona de Paguera. A unos 10 km de Palma en dirección a Andratx. en la carretera que va de Palma a Andratx hay que coger el desvío a la izquierda que pone Cala Fornells, seguir hasta pasar el núcleo urbano con ese nombre y atravesar un pinar por un caminito rural. hasta llegar a un chalet blanco a cuya izquierda bajamos un terraplén hasta llegar a la cala. Aunque parezca mentira en pleno siglo XXI y a escasos quilómetros de una capital encuentro un sitio donde no hay nadie!. Tan solo se oye el sonido constante de las cigarras, esa banda sonora del verano mediterráneo. El calor a las 2 debe acercarse a los 35 grados así que sin pensarlo Moog, Mambo y yo nos zambullimos en un mar cristalino. A Mambo no le gusta mucho nadar y se cobija a la sombra de una roca. Mallorca es una isla que siempre te sorprende con sus rincones. Paso el día en esta calita entre sorbos de gazpacho y algunas revistas y mi tarde fluye tranquila, tan solo recibo la visita ocasional de unos niños que buscan erizos. Este rinconcito de Mallorca está parado en el tiempo y yo soy feliz de haberlo descubierto. Amo esta isla y a pesar de haber vivido en algunos rincones del mundo no renunciaría a esta luz y estas aguas, a esta felicidad sencilla y genuina. Por la tarde descanso y como era de esperar la noche se anima en la ciudad. Escojo un vestido que compre en http://www.rialtoliving.com/ y me acerco al Museu de es Baluart donde hay unas amigos cenando, con la música en directo y el vino se nos hacen las tantas, hoy hay Luna llena y las conversaciones se alargan hasta las 2 de la mañana, hablamos de política y de gastronomía y una amiga decide que mañana a las 10 me acompañara a la primera clase de Yoga, así que me retiro a dormir. Un día mas en el paraíso.